Más de 150 organizaciones defensoras de derechos humanos de América Latina y el Caribe nos hemos reunido en Bogotá, Colombia, convocadas por RegionaR/Foro Regional de Derechos Humanos ante la urgencia de reflexionar sobre la forma en que defendemos los derechos en los diferentes y adversos contextos de nuestra región, durante la Conferencia RegionaR 2022
Queremos decirles: Estamos aquí para reafirmar nuestras causas; estamos aquí en defensa de la vida digna, como un espacio de voces diversas, valientes, responsables y conscientes de las realidades particulares y generales que nos atraviesan como región, sin miedo a expresarnos y con total disposición a asumir los desafíos que sean necesarios para desaprender, dialogar e incorporar de forma integral los diferentes enfoques (feministas, ecocéntricos, no patriarcales, decoloniales, antirracistas, expresivos de nuestra diversidad de Pueblos Indígenas y Pueblos Afrodescendientes, personas con discapacidad, LGBTI, lenguajes e identidades, con una lógica no capitalista), proponer rutas de acción que materialicen la universalidad no hegemónica de los derechos humanos, de los derechos colectivos y de la naturaleza; así como nuestro derecho a defender derechos y preservar la dignidad frente a toda intención de retroceso que obstaculice el logro del buen vivir para todas, todos y todes.
Partimos del reconocimiento de una situación
de crisis, debido
al avance de grupos anti-derechos y conservadores, los extractivismos y el resurgimiento de movimientos totalitarios,
un incremento en la violencia política,
armada y crimen organizado; cierre del espacio para la sociedad civil y ataque
permanente a las personas defensoras, desmantelamiento de los estados de Derecho(s), así como un retroceso en el reconocimiento y garantía de los derechos
humanos, agravado por la pandemia,
que además incrementa la migración forzada.
Si bien lo anterior ocurre a nivel global, lo sentimos de manera especial
en la región y, como sociedad civil, nuestra respuesta
no ha sido suficiente para atender este contexto. Los factores mencionados han sido exitosos
al momento de desarticular y desactivar nuestra acción, la cual ha sido fragmentada dejando de lado que nuestra
tarea consiste en articular nuestras
luchas y percibir
nuestras convergencias para el bien común y la
defensa efectiva de los derechos, entendiendo que para ello, todas las personas
deben ser consideradas en su humanidad
integral.
Invitamos a la sociedad
civil a unirse
a los esfuerzos de defensa
de los derechos humanos, colectivos y de la naturaleza, y de las libertades fundamentales, desde una perspectiva interseccional, inclusiva, plena, efectiva y pluricultural.
Demandamos a los Estados
su compromiso con el respeto,
protección y defensa de los derechos humanos y de la Madre Tierra, garantizando la participación plena y efectiva
de la sociedad civil para fortalecer el espacio democrático en los países y promover
el interés colectivo para erradicar el empobrecimiento, la desigualdad y la corrupción.
Requerimos a los organismos multilaterales fortalecer y democratizar los espacios de participación para la sociedad
civil, respetando las agendas propias
de las organizaciones. Solicitamos que actúen con la debida diligencia para responder con celeridad a las violaciones de derechos humanos
que ocurren en la región y garantizar una representatividad interseccional y diversa en los espacios.
Denunciamos que las empresas
privadas, nacionales y transnacionales, generan
impactos sobre los derechos de las personas,
los colectivos y de la Madre Tierra,
y exigimos que establezcan mecanismos eficaces e idóneos
que respeten los derechos.
Llamamos a los medios
de comunicación a que su labor informativa y formativa de la opinión pública esté enmarcada en el respeto
de los derechos de las personas
y de la Madre Tierra para combatir
la propagación de la
desinformación, los discursos de odio y todas las expresiones de violencia, con el objetivo
fortalecer la democracia.
Invitamos a la cooperación internacional y financiadoras de la sociedad civil a reflexionar sobre la
forma en que se construyen las agendas de cooperación, así como establecer prácticas para democratizar el acceso a los recursos
filantrópicos y la inversión social privada.
A partir del legado en la defensa de los derechos humanos,
tenemos la convicción de que hay oportunidades para construir una nueva realidad
para la región de forma conjunta y saludamos a todas las personas, colectivos y organizaciones que a diario
luchan de diversas
maneras para defender
la vida digna y los territorios, seguimos
caminando en memoria
de quienes nos han precedido.
Por último, queremos invitarles a RegionaR, es decir, a sumarse a este espacio de diálogo y reflexión permanente para la transformación real y sustentable de nuestra América Latina y el Caribe.
Brasil: Iepé - Instituto de Pesquisa e Formação Indígena; Instituto Marielle Franco; Associação de Advogados de trabalhadores Rurais – AATR;
Bolivia: Fundación Servicio Jesuita a Migrantes; Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas – CAOI.
República Dominicana: Movimiento de Mujeres Dominico Haitiana – MUDHA; Trans Siempre Amigas – TRANSSA; Movimiento Socio Cultural de Trabajadores Haitianos – MOSTHA. Venezuela: Fundación Centro Gumilla; Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos – PROVEA; Espacio Público; Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa – AVESA; Acción Ciudadana Contra el SIDA - ACCSI; Confederación Sordos de Venezuela -CONSORVEN; Comité de Familiares de Víctimas del Caracazo – COFAVIC.