El Taita

Nacido de familia muy humilde y numerosa de origen canario en una casa muy modesta al costado del río, en Curpa de Acarigua, hoy estado Portuguesa. Un 13 de junio de 1790, vio la luz del mundo por primera vez JOSE ANTONIO PAEZ VIOLANTE, por una circunstancia adversa del destino se ve obligado a internarse a trabajar en una finca de Manuel Antonio Pulido, quien lo iniciaría en el negocio del ganado y en la milicia.
Pero este hombre fornido, catire, se convertiría con el paso del tiempo en un líder, el mas recio y representativo venezolano, valiente, ingenioso, decidido, capaz de seguir su instinto, triunfante, el guerrero, siempre al frente de las batallas, el amigo de sus de sus compañeros de batalla, músico, el hombre que con trabajo se gano sus títulos.
El Mariscal Morillo responderia a una misiva de Fernando VII, en la que le reprochaba de no poder derrotar a "aquélla gavilla de salvajes poco numerosa", en estos términos: "Dadme un Páez, Majestad, y mil lanceros del Apure y pondré Europa a vuestros pies". Esta palabras serían un elogio de los más fuertes jefes del ejercito realista reconociendo la importancia de este militar en el campo de batalla.
De pion de finca, a militar aguerrido, de negociante a presidente, un líder, de acuerdo con Chiavenato, "El Liderazgo es la influencia interpersonal ejercida en una situación, dirigida a través del proceso de comunicación humana a la consecución de uno o diversos objetivos específicos". Este hombre, se forjo y se convirtió en el verdadero venezolano, de sólidos principios, igual lucho a las órdenes de sus superiores, como comando un pelotón. Los cuales le siguieron sin titubear aun cuando las circunstancias no fuesen favorables, pero el ímpetu les guiaba al triunfo. Por eso es un líder, un ejemplo de hombre a seguir.
Aporto a la educación superior venezolana, al reabrir la universidad de Mérida, (hoy ULA) después de 20 años cerrada, en su primera presidencia se fundaron los seminarios que se transformarían en la universidad del Zulia y Carabobo, respectivamente.
Admiro siempre a Bolívar, aun cuando difirió de sus intensiones de construir la Gran Colombia, a él le debemos ser Venezolanos. Como humano erro, como militar triunfo, como político mantuvo sus ideas. Pero fue un GRAN VENEZOLANO, un verdadero líder a quien lo siguieron sinceramente sus tropas, que salió adelante con trabajo.
Hoy 220 años después no lo borramos de la historia, pues sus obras no son huellas en la arena del mar, son grabados sobre piedra solida.
Vuelvan Caras, venezolanos y con orgullo digamos viva el Centauro de los Llanos.

Carta Conjunta RegionaR/ Foro Regional de Derechos Humanos

  Más de 150 organizaciones defensoras de derechos humanos de América Latina y el Caribe nos hemos reunido en Bogotá, C...